Cómo el certificado energético influye en las decisiones de inversión inmobiliaria

En el mundo inmobiliario, el certificado energético se ha convertido en un factor determinante al tomar decisiones de compra o inversión. Además de ser un requisito legal, también proporciona información clave sobre el consumo energético y la eficiencia de un inmueble. A continuación, analizamos cómo este certificado impacta en la inversión inmobiliaria.

¿Qué es el certificado energético?

El certificado energético es un documento oficial que evalúa la eficiencia energética de un inmueble. Clasifica la propiedad en una escala que va desde la letra A (mayor eficiencia) hasta la G (menor eficiencia). Este informe también sugiere mejoras para optimizar el consumo energético, algo que los compradores y propietarios pueden tener en cuenta.

Su obtención es obligatoria en España para vender o alquilar propiedades, conforme al Real Decreto 235/2013. Contar con una buena calificación puede aumentar el atractivo de un inmueble en el mercado y, por ende, su valor.

Impacto en el valor de los inmuebles

La calificación energética puede afectar significativamente el precio de una vivienda. Los inmuebles con una alta eficiencia energética suelen ser más demandados, ya que prometen menores gastos en electricidad, calefacción o refrigeración. Por el contrario, una mala calificación puede reducir el interés de los compradores o inversores, debido a los altos costes de mantenimiento.

Además, muchos compradores están cada vez más concienciados con la sostenibilidad y el impacto ambiental. Por ello, una propiedad eficiente se percibe como una opción más moderna y responsable.

Reducción de costes operativos

Uno de los beneficios más evidentes de una buena certificación energética es el ahorro en las facturas de servicios. Los inmuebles con mejor eficiencia requieren menos energía para mantener una temperatura adecuada, lo que se traduce en menores gastos mensuales. Para los inversores, esto significa mayores márgenes de rentabilidad a largo plazo.

Por ejemplo, una vivienda con una calificación «A» puede consumir hasta un 90 % menos de energía que una vivienda con calificación «G». Esta diferencia representa una ventaja competitiva clave en el mercado.

Atractivo para inversores extranjeros

El mercado inmobiliario español atrae a numerosos inversores extranjeros, quienes suelen prestar especial atención a la eficiencia energética. En muchos países europeos, como Alemania o los Países Bajos, los estándares energéticos son muy estrictos. Por esta razón, los compradores de estas regiones tienden a buscar propiedades que cumplan con estos criterios, lo que aumenta el valor de los inmuebles certificados.

Esto se refleja en un incremento de transacciones de inmuebles sostenibles en zonas turísticas y grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia.

Subvenciones y beneficios fiscales

En los últimos años, tanto la Unión Europea como el Gobierno español han implementado programas de subvenciones para fomentar la mejora de la eficiencia energética en edificios. Entre estas ayudas destacan las del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que otorga financiación para rehabilitaciones energéticas.

Los propietarios que mejoren la calificación energética de sus inmuebles aumentan el valor de estos, y a la vez pueden beneficiarse de reducciones fiscales. Estos incentivos son un factor a considerar en cualquier plan de inversión.

Cómo evaluar el certificado energético en una inversión

Antes de adquirir un inmueble, los inversores deben analizar detenidamente el certificado energético. Es importante identificar las áreas de mejora, calcular los costes de posibles reformas y estimar el ahorro a largo plazo. Además, es recomendable consultar con un experto para evaluar el impacto de la eficiencia energética en la rentabilidad del proyecto.

Realizar este análisis puede ser decisivo a la hora de comparar distintas opciones de inversión. Una propiedad con un precio ligeramente más alto, pero con una buena calificación, puede resultar más rentable en el futuro.